Carta El Diablo:
ocupa el lugar número 15 dentro del Tarot y lejos de lo que suele pensar su aparición no está vinculada a la maldad ni a la magia negra, sino que en ambos sentidos (salga al derecho o al revés) está aludiendo ante todo al libre albedrío.
Esta carta puede indicar que la persona se encuentra inmersa en situaciones complicadas o dolorosas que pueden ser de diversa índole: Desde adicciones, relaciones conflictivas, exposición innecesaria a riesgos de todo tipo, etc.
Pero lo que esta carta viene a representar con su aparición es que todo lo que el individuo cree que simplemente “sucede” en su vida son en realidad factores que está en sus propias manos dominar y revertir en su propio beneficio.
Como poder notarse al contemplar la carta, los personajes presentan cadenas en el cuello pero las mismas están sueltas de igual forma que las manos, lo que indica que la persona está en condiciones de actuar como decida para liberarse de lo que lo atormenta. Pero definitivamente no será repartiendo culpas en el exterior como la persona logrará liberarse y evolucionar.
El significado de esta carta es muy importante, ya que invita al individuo a reflexionar, a tomar las riendas de su propia vida y a asumir la responsabilidad que ello implica. Las bajas pasiones, las conductas autodestructivas y todo cuanto nos daña puede ser erradicado de nuestra vida y para ello basta con nuestra determinación. Se trate de una adicción, de una relación patológica o de cualquier comportamiento ligado con la autodestrucción, está en tus manos ponerle fin. Y aunque los cambios impliquen sufrimiento y esfuerzo, siempre valdrán la pena sin son para mejor.
Cuando el diablo sale definiendo a una persona, indica que la misma posee una personalidad dominante y ligada al materialismo o a la ambición desmedida. Si sale como respuesta sobre una situación puntual debe interpretarse como un vaticinio favorable que implica que tomando los recaudos y las medidas adecuadas se alcanzará el resultado deseado.
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